La lucha del Lluis Vives

Las detenciones y los altercados en el IES Lluis Vives de Valencia han traído un olor a tiempos en blanco y negro. Tras el arresto de un menor el miércoles, las protestas han subido de tono y ya son un total de 17 detenidos y varios heridos. Las concentraciones contra la represión policial en varios actos reivindicativos han sido respaldadas por centenares de personas, miembros de los partidos de la oposición y  organizaciones ciudadanas y estudiantiles. Ese dato no ha impedido que los responsables policiales hayan reprimido con dureza la voz de los ciudadanos.

Las inmediaciones del Lluis Vives han servido de lugar de encuentro del clamor popular contra la detención de un chico de 17 años, realizada el miércoles, tras una dura carga policial en un acto de protesta contra los recortes. Este adolescente participaba con varios compañeros en una tradicional jornada de denuncia social en este instituto valenciano. Tras cortar la circulación, parece ser que se encontró la excusa para realizar la carga y dispersar a los manifestantes, menores en su mayoría, además de pacíficos.

El jueves, miembros de varias organizaciones estudiantiles y ciudadanas se concentraban con alumnos y profesores a las puertas del instituto, en señal de repulsa hacia la detención de su compañero y como continuación de las protestas diarias. De nuevo el ambiente era pacífico, aunque sin olvidar la injusticia del día anterior. Una excusa más por parte de la policía, no corroborada por manifestantes ni testigos y nos encontramos con que al finalizar el día el saldo era de diez detenidos, uno de ellos menor de edad, y varios heridos, tras la dura y, desproporcionada actuación de las fuerzas de seguridad.

De cara a la jornada del viernes se realizó una importante convocatoria a través de las redes sociales, que discurrió sin incidentes por la mañana. La indignación ya se había extendido por twitter y youtube, donde circulaban vídeos de lo sucedido el miércoles y el jueves. La convocatoria esta vez atrajo a centenares de personas, apoyadas por estamentos políticos de la oposición valenciana, pero sin embargo la tarde volvió a verse destruida, saldándose con otras seis detenciones y nueve heridos. Los vídeos hablan por sí solos de la desproporción de la actuación policial, con adolescentes llorando, patadas y porras, frente a una manifestación que no mostró una cara violenta.

El instituto Lluis Vives lleva mucho tiempo realizando protestas al finalizar el horario lectivo, que suelen incluir el corte del tráfico durante unos minutos. El espíritu reivindicativo del centro ha sido halagado y difundido en las redes sociales, por lo que la condena a la actuación de la policía ha sido unánime y airada entre organizaciones sociales, partidos de la oposición y estudiantes.

Los agentes han denunciado un comportamiento violento por parte de los jóvenes para justificar las cargas, pero reporteros gráficos, testigos y miembros de las manifestaciones desmienten su versión y aseguran que las protestas se caracterizan por su carácter pacífico. Según fuentes policiales y sanitarias, entre los heridos hay varios policías, contusionados, aunque las imágenes y declaraciones de reporteros y manifestantes hacen cuanto menos dudosa esta versión. La directora del instituto y los profesores defienden la actuación ejemplar de sus alumnos y condenan los insultos y el trato humillante al que se han visto sometidos por parte de los policías.

Según los estudiantes, los agentes les han amenazado e intimidado en las identificaciones, burlándose si se les pedía un número de placa e insultando sobre todo a las chicas. La identificación de los participantes busca facilitar una posible multa si la autoridad competente considera sancionable la participación en las protestas.

Organizaciones sindicales y estudiantiles han criticado las cargas policiales y han exigido la dimisión de la delegada de Gobierno, como responsable del abuso policial contra una protesta pacífica y protagonizada por menores de edad. La Federación Valenciana de Estudiantes ha declarado que no van a permitir más actuaciones “agresivas y desproporcionadas”.