CRÓNICA FOTOGRÁFICA DE UN DÍA DE HUELGA

Preparado desde el día anterior, a las 8:30 arriba para poner rumbo al centro a pie. Cargando las pilas con buena música en el mp3, el ánimo decae un poco al ver tanto comercio y multinacional abierto en el camino. Pienso en los obreros, la industria y las cargas nocturnas por Madrid para recobrar fuerzas y al llegar a Cibeles ya se empieza a ver actividad.

Desde Cibeles rumbo a Sol a la quedada del piquete juvenil, pero llego tarde y tengo que unirme a un piquete de CCOO que baja por Montera. Muy activo y concurrido, llena más de la mitad de la calle. 

Jugamos un rato al ratón y al gato con los comercios que se niegan a cerrar, unos reciben directamente con insultos y otros bajan la persiana para volver a levantarla cuando pasamos. Pese a la decepción que supone la actuación de los comerciantes y la policía, todo transcurre sin violencia. Incluso algún empleado se dirige a nosotros para asegurarnos que no puede dejar el puesto si no quiere ser despedido, mostrando el mayor lastre de este paro, que con tanto recorte de derechos no se puede ejercer libremente ni el derecho a huelga.

Por fín se acerca el piquete juvenil desde Gran Vía. Son menos, pero más activos y dinámicos, los cánticos aumentan y la calle ya está colapsada por completo.

Pese a las reticencias de ambos piquetes a juntarse, al final acabamos todos en Sol. La calle Montera está repleta y buena parte de la plaza también.

El piquete juvenil pone rumbo a Moncloa y yo me quedo rezagado alucinando con las medidas de seguridad a disposición del Corte Inglés. En la imagen solo se ven cuatro, pero en los edificios cercanos a Sol se cuentan más de 9 furgonetas de antidisturbios protegiendo este centro comercial. A eso hay que añadir las que se ven al fondo, en la presidencia de la Comunidad y las que blindan todo el centro de Madrid, más que una huelga la ciudad parece estar bajo estado de sitio.

Tras el espectáculo en Preciados, al llegar a Callao y Gran Vía, un empleado ataca a un piquete y se calientan los ánimos. La estrechez de la calle altera los nervios y la policía no se anda con tonterías, cargando inmediatamente. 

En esta foto podemos ver como, siguiendo la costumbre, la mayoría de los agentes no lleva identificación ni número de placa. El individuo que vemos sale tan tranquilo, después de haber golpeado a algunos de los miembros del piquete. Tras la foto será alcanzado por una botella de agua vacía, lo que provoca la detención que se ve en la segunda imagen.

Por momentos el despliegue policial toma dimensiones absurdas y exageradas. Para detener a una sola persona y tras disolver a un grupo pacífico de unas pocas decenas de piqueter@s, se presentan en Gran Vía decenas de agentes de la Policía Nacional y la Policía Municipal, antidisturbios, varios furgones,.... Despliegue policial desmesurado en el centro de la capital. 

Para seguir con las escenas surrealistas, de vuelta a Preciados y de camino al piquete unitario de las 12 en Sol, nos encontramos una barrera policial a la entrada de la calle. Según uno de los agentes presentes, por motivos de seguridad nacional, no se autoriza la circulación en esta calle a la gente que se considere oportuno. El desfile de gente madura, bien vestida, no cesa; mientras que a los jóvenes con mochilas, palestinos, banderas o sudadera se les impide el paso y se les obliga a transitar por las calles paralelas.

Tras las risas y la indignación por lo visto en Preciados la gente empieza a congregarse en Sol. La plaza va tomando color y algunos grupos se dirigen a los comercios de alrededor para seguir intentando que cierren. El tono pacífico no cambia, pero es increíble como con la protección de una barrera policial, a determinados individuos se les llena la boca de insultos y nostalgia de épocas más oscuras.... Finalmente rumbo a casa a comer que queda mucho día por delante.

Tras la comida rumbo a Cibeles con la familia, otra vez una hora casi de camino, pero con el buen tiempo y la conciencia inquieta todo se hace más llevadero. Al llegar a Cibeles un pequeño grupo empezamos a cortar la calle para comenzar la siesta colectiva.

En un momento la plaza está ocupada y la gente aprovecha para cumplir con el rato de descanso, beber algo de agua, charlar,..., buen ambiente. 

Al cabo de un rato y con la plaza bien concurrida comienza a llegar una nueva columna de compañer@s por Alcalá, que son recibidos con alegría y aplausos. Minutos después llega la "caballería", muchas bicis desde Colón, ya casi estamos tod@s :)

Con el paso del tiempo la gente va ocupando mucho más que la plaza y se empieza a desperdigar por los laterales del Paseo del Prado y Castellana, buscando un poco de sombra y preparándose para el comienzo de la manifestación. Unos irán a la de UGT y CCOO y otros a la alternativa, pero todos están con el ánimo y el espíritu de lucha bien alto.

A las 18 la actividad ya ha hecho algo más que empezar, se ven pancartas, banderas, cada vez más gente.... 

Al comienzo de la manifestación ya se vislumbra el éxito de la convocatoria. En Cibeles no cabe ni un alfiler,  avanzar se torna algo más que difícil y ya se empieza a escuchar el famoso, "y luego diréis, que somos cinco o seis".

Con esfuerzo se consigue avanzar hasta el centro de la plaza, para tener una perspectiva de la cuesta de  Alcalá a Sevilla. Lo que se ve llena de alegría y satisfacción, a la vez que de ira, al saber que muy probablemente la reivindicación de estos cientos de miles de ciudadan@s será ignorada.

Avanzando por el Paseo del Prado, camino de la convocatoria de los sindicatos de base y otras organizaciones, se ve aprecia aún más la tremenda afluencia de la manifestación, con todo el camino entre Sevilla y Neptuno colapsado. Aún así aquí aún falta mucha gente y a lo lejos se ven ya las siluetas de l@s compañer@s que vienen de Legazpi y Delicias, que ya han llegado a Atocha.

La juventud y el buen ambiente reinante en esta manifestación es de destacar. Al subir desde Atocha la cabecera lleva en los altavoces canciones míticas de Ska-p, se escucha "A las barricadas",.... Decenas de miles de personas han sabido mostrar también su indignación desmarcándose de unos sindicatos mayoritarios que han pasado años inactivos y olvidándose de su razón de ser. El 15-M, el movimiento ciudadano, los sindicatos de base, las asambleas, los estudiantes,... vuelven a dar una muestra de su crecimiento al margen de este sistema corrupto y anticuado.

Tras el fin de la manifestación en Neptuno muchos siguen camino a Sol, ese lugar que ya se ha convertido en emblemático para el movimiento social de este país, de esta ciudad. En el estrado los líderes de CCOO y UGT terminan sus discursos, pero al margen de ello queda lo realmente importante, l@s ciudadan@s de todo tipo y afiliación que siguen llenando las calles a las 21:30 de la noche, tratando de hacer oir su voz en este sistema injusto que nos trata como meras marionetas. 

Hoy mismo la reforma laboral sigue adelante, se aprueban los presupuestos y el PP sigue abusando de su poder gracias a una mayoría absoluta en absoluto representativa. Solo queda decir que mientras ellos no escuchen nosotros seguiremos alzando la voz para hacernos oir.


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